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Microbiota intestinal en los perros. Su importancia

Por: Equipo de Animenta

El tracto gastrointestinal de los mamíferos está colonizado por una gran cantidad de microorganismos, conocidos como microbiota intestinal, que juegan un papel clave en los estados fisiológicos y patológicos. En particular, el tracto gastrointestinal de los perros alberga un ecosistema microbiano complejo y altamente biodiverso. Estudios recientes muestras como este hecho se vincula con una amplia variedad de procesos fisiológicos, incluidas las necesidades energéticas, el metabolismo, la actividad inmunológica y el desarrollo neuroconductual.

El microbioma intestinal es un órgano funcional y responde metabólicamente a la composición de nutrientes y otras sustancias no nutrientes dentro de la dieta. En realidad, el microbioma intestinal es un importante órgano inmunitario y metabólico. Las bacterias intestinales producen varios metabolitos que influyen en la salud del intestino y otros sistemas de órganos, incluidos los riñones, el cerebro y el corazón. El contenido de fibra, almidón, proteínas y otras sustancias tiene fuertes efectos en la composición del microbioma, y los cambios en estos perfiles nutricionales pueden inducir cambios rápidos en la microbiota. Debido a la redundancia funcional de las bacterias dentro de las comunidades microbianas, diferentes bacterias pueden producir metabolitos importantes para la salud del perro. Las alteraciones del microbioma asociadas con la enfermedad son de mayor magnitud que las observadas en perros sanos con dietas diferentes. Los cambios en la dieta y la inclusión de prebióticos pueden ser beneficiosos para mejorar la diversidad microbiana y normalizar la producción de metabolitos en perros enfermos.

Por poner un simple ejemplo de cómo la microbiota incluso puede modular ciertas patologías, podemos citar el caso de la enteropatía crónica en perros, que es una inmunopatología crónica y que cursa con recidivas. Es de etiología desconocida y generalmente se manifiesta con una serie de signos clínicos heterogéneos. Pues bien, se cree que las alteraciones de las respuestas inmunitarias de las mucosas y de la composición de la microbiota intestinal desempeñan un papel esencial en esta enfermedad.  De hecho, se plantea la hipótesis de que la ruptura de la tolerancia de la mucosa conduce a respuestas inmunitarias aberrantes y patológicas hacia la microbiota intestinal, que a su vez pueden contribuir a la gravedad de la enfermedad.

El perro doméstico tiene algunas características fisiológicas, dietéticas y patológicas parecidas a las de los humanos y comparte el ambiente doméstico y el estilo de vida de su dueño. El hecho de que la domesticación de perros los haya acercado a los humanos tiene relevancia y permite hacer ciertas comparativas entre la microbiota intestinal humana y canina (que tiene más similitudes de lo que en principio se pudiera pensar) y su influencia en varias patologías espontáneas, incluyendo enfermedad inflamatoria intestinal, obesidad y diabetes mellitus.

Los cambios en el microbioma del perro en estados de enfermedad se denominan disbiosis. El concepto de disbiosis está en constante evolución e incluye cambios en la diversidad del microbioma y/o cambios estructurales y funcionales (por ejemplo, producción alterada de metabolitos bacterianos). Las herramientas moleculares son ahora el estándar para el análisis de microbiomas. La secuenciación de genes microbianos proporciona información sobre las bacterias presentes y su potencial funcional, pero carece de estandarización y validación analítica de los métodos y de coherencia en la notificación de los resultados. Esto dificulta la comparación de resultados entre estudios o para pacientes clínicos individuales. El índice de disbiosis es un ensayo PCR cuantitativo validado para muestras fecales caninas que mide la abundancia de siete taxones bacterianos importantes y resume los resultados como un solo número. Se establecen intervalos de referencia para perros, y el índice de disbiosis se puede utilizar para evaluar el microbioma en pacientes clínicos a lo largo del tiempo y en respuesta a la terapia aplicada al perro (por ejemplo, trasplante de microbiota fecal). La hibridación in situ o inmunohistoquímica permite la identificación de bacterias intracelulares y adherentes a mucosas en animales con enfermedades intestinales, especialmente colitis granulomatosa. Las direcciones futuras incluyen la medición de metabolitos bacterianos en heces o suero como marcadores para la función apropiada del microbioma.

Igual que ocurre en humanos, donde una diversidad de alimentos completos favorece una mejor microbiota y no el consumo de “copos” de comida completos como única comida diaria y de por vida, es de sentido común, además de por el paralelismo de las similitudes descritas anteriormente entre humanos y perros (4), que la ingesta de alimentos completos variados sea interesante para el perro, y preferible al consumo permanente de un único tipo de comida (piensos de por vida como única ingesta, por ejemplo). Y aquí surge el concepto de matriz alimentaria.

Las energías y los nutrientes importan, pero aunque importan… hay que poner especial énfasis en la calidad del alimento. Más allá de la energía concreta y de los nutrientes que un perro ingiera… el verdadero impacto en la salud de un perro, parece lógico que venga principalmente determinada por el tipo de alimentos ingeridos habitualmente. Es ahí donde cobra relevancia el concepto de matriz alimentaria. Un concepto que podemos definir como «El espacio que compone el alimento, en el cual interaccionan entre sí los diferentes elementos, nutrientes y no nutrientes, en él presentes, modulando la respuesta fisiológica derivada de su ingesta» (Ramón De Cangas, 2022. Definición extraída de su próximo libro con editorial Anaya que será publicado en los próximos meses).

Si se quiere cuidar la salud del perro, es decir… prevenir enfermedades autoinmunes, diferentes tipos de cáncer, enfermedades neurodegenerativas, enfermedades cardiovasculares, osteoarticulares, enfermedades metabólicas… si queremos cuidar su sistema inmune, mantener su composición corporal dentro de parámetros interesantes, cuidar su microbiota etc… entonces parece razonable que pensemos en elegir habitualmente  alimentos reales y de verdad. Consumir matrices alimentarias completas sin grandes modificaciones es de esperar que repercuta positivamente en la salud del perro. Y bueno… aún teniendo claro el concepto de matriz alimentaria y aún llevando a cabo las elecciones alimentarias más interesantes para nuestro perro… las cantidades también importan porque un exceso de energía puede llevar a un desequilibrio energético y por tanto a un incremento de la grasa corporal con el impacto fisiológico negativo que tal hecho provoca.

Y la tendencia va por ahí, en los últimos años, un número cada vez mayor de dueños de perros están alimentando a sus mascotas con una dieta natural en lugar de alimentos comerciales. Y dado que la microbiota intestinal de los perros está significativamente influenciada por el tipo de dieta (es decir, dieta natural y alimento comercial) podemos decir que ciertos estudios muestran como específicamente, los perros alimentados con una dieta natural tienen una composición microbioma más diversa y abundante en la microbiota intestinal que los perros alimentados con alimentos comerciales.

Pero más allá de los menús basados en alimentos reales y de verdad, podemos en determinadas ocasiones valorar la posible utilidad de determinadas cepas probióticas específicas y/o sus combinaciones porque pueden ser útiles como complemento a la nutrición, la terapia y el cuidado canino. Y es que de hecho los suplementos de probióticos han tenido éxito en la prevención y el tratamiento de la gastroenteritis aguda, el tratamiento de la enfermedad inflamatoria intestinal y la prevención de la alergia. Los nuevos desafíos para las aplicaciones de probióticos en el futuro incluyen la obesidad y el sobrepeso, infecciones del tracto urogenital, gastritis por Helicobacter e infecciones parasitarias. Los probióticos de origen humano parecen estar entre las nuevas herramientas prometedoras para el mantenimiento de la salud de los perros. Sin embargo, los microorganismos derivados del huésped podrían ser la fuente de probióticos más adecuada.

 

Artículo escrito por:
Doctor Ramón De Cangas

Director científico de Nutrigroup

-Biólogo sanitario por la Universidad de Oviedo y doctor en Biología Funcional y Molecular por la Universidad de Oviedo.
-Dietista-Nutricionista por la Universidad de Navarra y Doctor en Ciencia de los Alimentos por la Universidad de La Habana.

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